La enfermedad como camino

“El síntoma, al hacer aflorar elementos reprimidos, hace sincero al ser humano”.

Este libro de los alemanes Thorwald Dethlefsen (psicólogo) y Rudiger Dahlke (médico), es uno de los textos más didácticos de las enfermedades humanas con sus dos integrantes: cuerpo y mente.

Cada patología humana tiene un origen exógeno y otro endógeno, siendo el más importante el endógeno.

En cada afección física, el ser humano se ve reflejado en su estado emocional. Según el grado de exo y endoestrés será la zona y la gravedad de la enfermedad que desarrolle. Aquí también prima lo interno, el endoestrés.

Existen muchos libros que desarrollan esta temática integrativa de cuerpo físico, emocional, mental y social de una forma muy adecuada y acertada:

«Mente-Cuerpo» Debbie Shapiro.

«Obedece tu cuerpo» Lise Bourbeau.

«Alíviese del dolor de espalda» John Sarno.

«Sanar es un Viaje» Carl Simmonton y O´Reid.

«Los Juegos en que Participamos» Eric Berne. 

«Tu puedes sanar tu vida» Louise Hay  

«El Guión Mental» Herinulfo Londoño.

En todo este material bibliográfico, es tan importante lo físico como lo emocional y mental de la persona que quiere curar y sanar.

El cuerpo avisa (calores, fríos, palpitaciones, punzadas, vacíos, pesos, tensiones, vibraciones, etc.) o grita (dolores, cólicos y enfermedades) que algo no está funcionando adecuadamente. Si no se escucha, la persona muere.

Paradigmas

Ante las enfermedades humanas, existen dos grandes paradigmas en la medicina: exógeno y endógeno.

En la historia humana de las enfermedades, curar es abordado por la medicina exógena: píldoras, inyecciones, cirugías, hospitalizaciones, etc.

El paciente culpa a otros o al entorno de su enfermedad. Descarga toda responsabilidad de curación en el producto que está recibiendo, en el médico que lo está atendiendo y en las instituciones de salud; y manifiesta: “El virus (o bacteria) es el culpable de mi enfermedad”, “Las personas me pueden contagiar y enfermar”, “Ustedes (los médicos) tienen todo el poder para enfermarme y también para aliviarme de cualquier enfermedad o dolencia”, “El poder de mi sanación está en ustedes”, “Yo soy una víctima, ustedes son los salvadores”.

La historia del sanar es desarrollada por la medicina endógena: dieta, ejercicio, psicología, meditación, cambio de estilo de vida, etc. El paciente asume la responsabilidad de los trastornos o patologías que presenta y sabe que tiene la energía, información y consciencia para superarlos y reconoce que la solución está en el interior. Sale de la postura de víctima y se empodera como autosanador: “Nada ni nadie milagroso me va a salvar”, “Si yo estoy bien conmigo mismo, viviré sano”, “El poder de la sanación está en mí”.

La definición de enfermedad se presenta en los siguientes términos: “No hay una diversidad de enfermedades curables, sino una sola enfermedad determinante del malestar del individuo”.

En otras palabras, si estoy en bienestar no me infecto, ni contagio, ni difundo virus, ni desarrollo otras enfermedades. Para esto, hay que revisar muchas cosas que llevan a enfermarse:

¿Qué estaba haciendo cuando enfermé?

¿En qué estaba pensando?

¿Cómo me sentía?

¿Cuál era mi objetivo?

¿Con quién estaba?

¿Cuántas veces he hecho lo mismo y después enfermé?

¿Por qué no cuido mi salud?

Porque no ami mi cuerpo?

¿Por qué no acato las indicaciones médicas?

¿Por qué repito los hábitos que enferman para tener que cuidarme (o ser cuidado) a la fuerza? 

La mayoría de personas buscan la curación y no la sanación. Por esa razón, las enfermedades no han desaparecido; al contrario, han aumentado hasta convertirse en pandemias.

Tomando como ejemplo el SARS CoV2, tenemos que el paradigma exoterapéutico piensa que con una vacuna obtendremos la solución y la curación. Que mientras se desarrollan pruebas científicas para la elaboración segura y eficaz de la misma y tener disponibilidad, será suficiente con tratar a los pacientes con píldoras. Porque el culpable es el virus y el ser humano no tiene nada que ver. La persona no tiene que cambiar nada.

El paradigma endoterapéutico considera que la persona debe reevaluarse. Es indispensable un cambio en el estilo de vida para no continuar desarrollando epidemias y pandemias respiratorias, digestivas, hematológicas y mentales. Si no se corrigen los hábitos alimenticios, psicológicos, familiares y sociales, la enfermedad continuará en lo particular y lo universal.

En la integración terapéutica, los profesionales de la salud son un complemento para todo lo que el enfermo pueda hacer por su salud. Lo exo y lo endoterapéutico no son antagónicos, sino sinérgicos.